Pienso que la clave para quedarme embarazada fueron los tests de ovulación (en mi caso, tiras de orina). Si no fuera por eso creo que hubiéramos tardado mucho tiempo en conseguirlo. Os cuento:
Ocho días después de venirme la regla empecé haciéndome un test de ovulación al día, pero... ¡Hasta 17 días después no me marcó claramente un positivo! Precisamente, con mi pareja 15 días después del inicio de la menstruación pensábamos que los días fértiles habían pasado y lo hacíamos directamente con preservativo o en la ducha para evitar ensuciar las sábanas (o lo qué sea) con la esperma.
Las dos semanas siguientes volví a estar ilusionada como la primera vez. Al menos, teníamos más información que los dos últimos intentos, ya que a diferencia de los otros meses, ¡lo habíamos hecho los días correctos!
Otra vez me obsesioné buscando primeros síntomas de embarazo, pero no tuve ninguno que no pudiera relacionarse claramente con síntomas pre-menstruales: Dolor de ovarios, pechos inchados...
Pasados 29 días desde que me vino la regla me hice un test de embarazo (en tiras de orina). La linea que indica un positivo apareció muy sutil y flojita. Tenías que echarle mucha imaginación para poder verla. Para mi chico, eso era rotundamente un "No estás embarazada" pero yo seguía teniendo muchas esperanzas en ello.
Dos días después de haberme hecho el primer test de embarazo (y sin haberme venido la regla todavía) volví a hacerme otro test. Esta vez la linea que indica un positivo seguía casi imperceptible. Por ese motivo fui a la farmacia a comprarme la prueba de embarazo digital de Clearblue, ya que había leído que era bastante fiable.
¡Cuando el test marcó que estaba embarazada tuve una alegría enorme! Recordare siempre el momento de felicidad, ilusión y nervios que compartí con mi pareja. Fue muy especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario