Con mi pareja somos de la opinión de esperar más o menos a los 3 meses (después de la primera ecografía) para contar la noticia a los familiares más próximo. Pero es difícil ocultarlo cuando cada dos por tres estamos invitados en casa de los padres/suegros en comidas de vino sobre la mesa, café, chupitos y todo tipo de alimentos desaconsejados durante las primeras semanas de embarazo.
Ayer mis padres nos invitaron a cenar así que, para contar decir la noticia a los futuros abuelos al mismo día, nos auto-invitamos a comer en casa de mis suegros. Pero no lo queríamos decir "solemnemente", sinó a modo de indirecta para que los pille por sorpresa.
En casa de mi chico: Los dos estamos empadronados en casa de mis suegros, de modo que en mitad de la comida mi pareja les comentó si podíamos empadronar a alguien más. Nosotros esperábamos que nos hicieran preguntas tipo: "¿Quíen? ¿Por qué?" para poder contestar: "Bueeeno, es que todavía no le conocemos". ¡Pero enseguida se lo imaginaron! Mi suegro dijo enseguida: "Sólo si lleva vuestros apellidos" y mi suegra se me quedó mirando atónita con carita de ilusión.
En casa de mis padres: Mi hermana ha dado a luz hace tan solo dos semanas y ayer coincidía que vendría en casa de mis padres con su marido y su hijo. Aprovechando un pequeño momento de silencio solté: "¿Mamá, todavía te queda lana de los patucos que le hiciste a tu nieto? Es que para dentro de 7 meses es posible que tengas que hacer otros...". Esta vez fue mi padre quien sé quedó pasmado con una sonrisa. Mi cuñado soltó firmemente: "¡Felicidades!" pero les pilló tan de sorpresa que apenas sabían qué decir.
Reconozco que en ambas casas esperaba un poco más de entusiasmo, pero creo que la idea de decirlo de sopetón lo frenó un poco. Estoy segura que nadie se lo esperaba y de todos modos, a medida que lo iban asimilando se iba notando su emoción. Sea como sea, fueron momentos que no quiero olvidar nunca.